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Tuesday, August 28, 2007

el peso me a vencido, ya las ramas que emanan por mis tristes extremidades an sedido a todo ese agovio de prenuras nocturnas y de silencios alargados, aun puedo oler esas rosa entre mis manos, esa dulces flores de ignorar el dolor oculto en sus disfrazados ojos, la bondad mas mentirosa que nunca dijo, pero que siempre rindio a los matisses del giro inesperado de cada dia, hoy mas que nunca vuelvo de donde comence, de tierra y lluvia sigo creando nuevas espectativas de un fatal comienzo que siempre termina con los eternos mares de mis pupilas, y con el mismo cuento marcado en mi hombro, yagas eternas de dolor, terminan por cerrar pero nunca por borrarse.